31 marzo 2012

será

Es necesario, es necesario. Me repetía cuando mis fuerzas ya se iban acabando, ¿será que la curiosidad ha matado al gato? Será que yo no debo estar acá, será que es mejor conservar la duda.

¡Que será!

Mi obstinación me obligaba a seguir adelante aun mas allá de lo que mi débil y joven cuerpo podía soportar. Ya estaba en el límite y llegue a pensar que moriría sin cumplir mi misión.
Recordé aquellas tardes de verano junto a su alma, aquellos caminos recorridos y todos los que tenía por recorrer. Su cuerpo delgado, sus transparentes ojos, esas ventanas a su alma como leí alguna vez, esas ventanas que parecían estar nubladas siempre, pero después de una caricia básica se le podía divisar un pequeño rayo de luz, casi ocultándolo bajo las nubes. Yo sé que no quería que la dañara, y me arrepiento tanto de dejarla sola, de morirme en este momento. Puedo verla, caminando por mi barco, sentarse a mi lado y apoyar su cabeza en mi hombro como siempre lo hace, o hacia, puedo también verla arropada en las noches cuando mi delirio alcanza su punto máximo y me logra besar en la frente. Sera que aun no me olvida, será que aun no la he abandonado. ¿Sera que me he muerto y ella es el paraíso?

Una hora, diez días un año… Cuanto tiempo he estado vagando en el océano, cuanto tiempo que mis pies no tocan tierra, que mis manos no sienten más que agua salada, cuanto falta para que esto acabe.
Pero todo tiene su fin, nunca todo es negro y menos en este momento.

- Debo estar en el centro del mar.
Fue lo primero que de mi boca salió, no escucha mi voz hace tanto tiempo que me parecía la de otra persona hablando fuera de mí.
Había estado navegando por el cielo todo este tiempo sin darme cuenta, toque lo que fuera que hacia mi balsa mantenerse en flote, y no, era agua.
¿Podría ser posible? La luna junto con sus pequeñas titilantes compañeras como reflejo en el océano o el manto negro azulado usado como una pantalla para proyectar a la luna en el cielo eterno.
¿Si fuera así, que serian todas esas llamadas estrellas? ¿Esas están en el cielo realmente o son solo otra mentira más? Mi curiosidad no podía aguantar más, mi viaje había dado frutos, mi viaje tuvo un logro. No pude más y de un salto baje a la ultra mar. A diferencia de otras veces que había estado allí, todo era tan claro, el brillo de la Luna inundaba el lugar y lo llenaba de energía, solo se distinguía brillo más que agua en el lugar. Me tomo tiempo acostumbrarme, pero la maravilla que mis ojos veían no era de este mundo.
Ahí vi a las pequeñas compañeras, las estrellas, que no eran más que grandes peces de escamas como espejos que reflejaban esta hermosa luz hacia el exterior proyectándola en el inmenso cielo que afuera se podía divisar.
-Si tan solo ella estuviera aquí. Suspire en mi mente

- Pero si lo está. Me dijo una voz, ya no era yo, no eran los peces, era la misma luna que estaba hablando conmigo. Atónito me acerque aun más a este brillante satélite. Su brillo se dirigió a una pequeña sirena de blanca piel, ojos vacios y dulces labios.

Pude darme cuenta cuando la luna apago su brillante esplendor. Ella había muerto esperándome, y yo, bueno yo estaba al fin con ella.

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