15 octubre 2010

La maldita primavera.

Vamos a fumar un porro ahí.
Me gusta verte reír
me gusta tanto tu coqueteo
me gustas tanto
quisiera aprenderme tu nombre
me gustas tanto que
no sé por donde voy.

Si es la adicción a tu sonrisa la que me tiene así.  (Risa – babasonicos)

 Empezamos la primavera, las flores se asoman de los tiernos capullos, las alergias afloran (lo que hace que todos tengan mocos y no sea nada rico) y las penas crecen.
¿Quién mierda dijo que la primavera es la estación del amor?

La gente debería poder controlar el corazón, este debería ir de la mano de la mejor opción. Que a uno le guste esa persona que haría todo por ti, no el peor partido, como suele suceder.
Seria el mundo perfecto.
Algo así como controlar el corazón, para que este no sufra y vaya acorde a la razón (que en cuestiones sentimentales es muy dejada de lado).
Aunque usualmente y correctamente pensamos que tenemos que velar más por nuestra felicidad, no pensar tanto en el que dirán.
 No planear demasiado las cosas talvez ya que también me habían dicho por ahí, que lo planeado nunca sale bien.

Velar por lo que nosotros amamos. Suena bonito, claro, si se dice de esa forma, pero hay veces que es mejor escuchar bien los consejos y algunos hasta obedecerlos.
Es solo que a veces el fin justifica los medios.
Como pasa con el Toño, no soy quien para decir esto, pero el Toño se ha tropezado bastantes veces con la misma piedra (Que llamare La Piedra, para conservar su identidad. Ya que no tengo el permiso de hablar si quiera de ella)
Este es mi punto de vista, no es necesario que otras personas lo piensen así.
Como aparece después de cada programa: Las opiniones vertidas en este documento son enteramente responsabilidad de quien la emite y no representa a un grupo de personas. Si no lo entiendes puedes irte al carajo.

Volviendo al tema, el Toño tiene una Piedra y en su tiempo (al igual que todas las parejas) fueron felices, tiernos, envidiables e inseparables, pero las personas cambian, se aburren, buscan emociones en sus vidas rutinarias y aburridas de amar.
La Piedra desvió la mirada y  ahí no me meto.
Terminaron, volvieron, empezaron, se alejaron, coquetearon y volvieron de nuevo.
Creo que algo así como en una relación abierta, porque aun veo a La Piedra pinchando con un torpe chiquillo que seguramente esta enamorado, igual de enamorado que el Toño de ella.


Debo admitir que estar enamorada es lo peor que me pudo haber pasado.
Nuevamente soy dueña y protagonista de mi cuento de hadas sin final feliz.
Cierro los ojos, pienso y me digo que será de mí sin él, a pesar de no tenerlo a pesar de todo. Seria una soledad absoluta.
Lo amo demasiado como para olvidarlo, como para decirle no más y sacarle todo en cara.
Creo que no lo olvido porque no quiero, no porque no pueda.
¿Por qué me enamore?
Cuando me dije, lo haré, si estoy lista.
¡NUNCA!
Nunca lo pedí, nunca quise. Es como de esos vecinos molestan que vienen tocan tu puerta en el peor momento, en el momento en que tu abres la puerta, estai cagao, no hay momento de ir atrás. Te hablan horas y horas y no te dejan salir o si quiera inventar una escusa.
Soy demasiado bipolar para estas cosas, a veces estoy de buenas para amar, otras soy un asco.
Claro, soy todo lo contrario al Andrés, somos muy distintos. Pero dicen por ahí que los opuestos se atraen, yo diría que es bastante cierto.
Es un buen chico, es para estar una tarde acostados viendo el cielo pincelado por pequeñas nubes blancas, tirados en el pasto sin nada que pensar, solo viviendo el momento, hablando que el amor no es tan solo de películas ¿cierto?
Lo siento, yo aun no me rindo.


Como decía no deberíamos enamorarnos, nos ahorraríamos muchos problemas, amar es una palabra enorme para decírsela a alguien y enamorarse es algo aun más grande. A mi parecer puede  que te sucedan  ambas cosas por separado, pero cuando te suceden al mismo tiempo, déjame decirte amigo: estai cagao.
Pero entre nos, cupido es un cabron de mierda.
Un ciego, un llorón, un bruto que hizo que  quisiera, hizo que amara, que me enamorara que me gustara y que me confundiera.

Me agradaría ser como esas personas que aun creen en el amor, que van más allá de lo imaginado.
Esas parejas eternas.
Pero al ser muy eternas suelen tener más problemas, como algunas de esas parejas no están por así decirlo listas para estar en pareja o talvez falta mucho que aprender.
Como el Nacho y la Poli, son tiernos, bueno lo fueron. Ahora son algo raros, se aman, se ven, se odian, se quieren ¡no sé!
Pero fueron una pareja como todas, al principio envidiables, queribles, tiernos etc.
Se tornaron medios raros y como siempre yo tan perdida en cualquier mundo inexistente, no vi nada, no cache nada, de un momento a otro terminaron.

Pero yo no soy como esas parejas (cuando estoy en pareja claro, sola no puedo ser una pareja), creo que como dicen por ahí, yo no sirvo para amar.
Yo no sirvo para querer y talvez tampoco para respetar.
No puedo ni hacerlo por mí, creo que me es imposible por otros.

Últimamente la palabra más reiterada que ocupo es perdón.
Puede que para los demás haya perdido significado, pero para mi no. Es solo que no encajo aun, es solo la maldita primavera que me tiene así, cuando pase, mis pulmones se sentirán bien, volveré a ser lo que era, talvez hasta aprenda a amar. Como creí hacerlo algún tiempo atrás.
Cuando pase la primavera aprenderé a no prometer el cielo, si no puedo ni ver el suelo.

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